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  • Ana F. Álvarez González

Encuentro y comunicación

Actualizado: 10 ago 2020


Gracias a mis alumnos/as por enseñarme a mirar desde el respeto, a escuchar más allá de las palabras, a esperar, a responder. Por permitir un encuentro que ha cambiado mi experiencia docente.


Desde que comencé a interesarme por la educación, la comunicación ha sido un tema que ha suscitado mi interés. Mucho más cuando empecé a trabajar con alumnado con pluridiscapacidad . En su totalidad presentaban serias limitaciones en este área del desarrollo, o así me lo habían contado. Lo que nadie me había dicho, hasta que me hablaron de este tema desde el concepto de Estimulación Basal, era que las “limitaciones” tenían más que ver con mis dificultades para encontrar el canal con el que comunicarme con ellos/as que con su propia discapacidad.

Partir de un nuevo planteamiento de comunicación entendida como “hacer algo en común”[1] me abrió un mundo entero de posibilidades de intervención y encuentro con mis alumnos/as. Escuchar y poder darles respuestas que realmente fueran significativas para ellos, les hace sentirse protagonistas, aumenta sus ganas de “hacer” y participar del entorno próximo y, en definitiva, les permite avanzar en la consecución de una identidad personal.

Cuando hablamos de comunicación en estos términos puede sonar a exceso de imaginación y buena voluntad pero nada más lejos de la realidad. En la práctica docente procuramos que la comunicación esté implícita en todas las ofertas[2] que le hacemos al alumno/a y esto, inmerso en un concepto de 24 horas, implica que desde la llegada y bienvenida hasta que sale del centro todas las actuaciones incorporan en su desarrollo el área comunicativa, no de forma aislada sino dentro de una experiencia vivencial que engloba todas las áreas del desarrollo[3]. Así, por ejemplo, cuando quitamos un chaquetón e iniciamos un movimiento del brazo para poder sacar la manga, esperamos y es la alumna la que continúa el movimiento. Estamos haciendo algo en común, estamos comunicándonos. Si en este mismo proceso esa alumna contrae la musculatura del brazo impidiendo que saque la manga del abrigo y, en lugar de manipular espero sin perder el contacto y ella me permite continuar con la oferta relajando el brazo, estamos comunicándonos. Si la retirada del chaquetón se convierte en un juego y estira el brazo en lugar de doblarlo para permitir que saque la manga mientras ríe, te busca con la mirada y espera a que le hagas cosquillas para encogerlo… estamos comunicándonos. En estos casos que he comentado podemos encontrar varios canales: el movimiento en los dos primeros ejemplos y la mirada, gestos y movimientos en el tercero. Es fácil que, en actividades como la anteriormente descrita, nos perdamos en una lista de órdenes orales, en principio sencillas para nosotros, que no encuentran respuesta aparente en el alumno/a. Esta situación nos puede llevar a hacer una intervención con una línea asistencial en la que el niño/a no tiene ninguna oportunidad de participar. Para cambiar esta situación que, desde mi punto de vista, no enriquece a ninguna de las partes, es necesario observar (sin sobreinterpretar) hasta detectar los códigos y canales que utiliza el alumno/a para comunicarse. A partir de ahí adecuarnos nosotros a dichos canales, y establecer un diálogo donde le demos la oportunidad de utilizar sus capacidades (respirar, moverse, vocalizar…) para salir de su aislamiento y poder intervenir y modificar su entorno inmediato, adecuándolo en la medida de lo posible a sus necesidades y preferencias.

Si pensamos en nuestra propia realidad es fácil comprobar cómo cambia e influye en nuestra manera de hacer e incluso de ser, el hecho de ser escuchados. A partir de esta reflexión se impone una nueva mirada hacia la comunicación con las personas con pluridiscapacidad. Nuestra actitud y capacidad de adecuación a sus canales van a ser determinantes para unas personas que tienen mucho que decirnos.

 

[1] (etimológicamente comunicar proviene del verbo latino “communicare” que significa compartir, intercambiar, poner en común)

[2] A diferencia de la actividad implica hacer una propuesta y esperar la respuesta del otro.

[3]Areas del desarrollo desde BS®: Comunicar, percibir, sentir emociones, comprender, experimentar el propio cuerpo, moverse, compartir experiencias con otras personas.


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